El paradigma pedagógico ignaciano como marco teórico en proyectos de ingeniería: comparación con design thinking

Resumen

El Paradigma Pedagógico Ignaciano (PPI) y el ‘Design Thinking’ (DT), son dos metodologías centradas en la experiencia humana que buscan promover el aprendizaje significativo y la resolución creativa de problemas. Ambas surgen como respuesta a los desafíos contemporáneos en educación y diseño, especialmente en contextos complejos y en constante cambio, donde es fundamental comprender profundamente las necesidades humanas y proponer soluciones viables, éticas y sostenibles.

Tradicionalmente, muchas metodologías han estado basadas en el análisis de requerimientos, donde el proceso parte de especificaciones técnicas o funcionales predefinidas. En contraste, han surgido enfoques basados en la experiencia, como el PPI y el DT, que priorizan el contacto directo con la realidad y la vivencia humana como punto de partida. A pesar de sus orígenes distintos, ambas metodologías convergen en una estructura de fases comunes: análisis del contexto, formulación del problema, ideación creativa, acción práctica y evaluación reflexiva. Estas etapas integran la empatía, la participación activa y la reflexión como elementos clave para fomentar el pensamiento crítico y la creatividad.

A pesar de compartir esta estructura general, cada metodología aporta una perspectiva particular en la implementación de las fases. El DT se caracteriza por su enfoque pragmático e iterativo, orientado a la solución efectiva de problemas mediante la experimentación y la validación constante con el usuario. En contraste, el PPI, incorpora una dimensión ética y formativa que integra el crecimiento personal con el compromiso social, priorizando la reflexión profunda y el discernimiento como motores del aprendizaje transformador.

Las diferencias no representan una contradicción, sino una oportunidad de complementariedad. Se plantea que el DT puede enriquecer al PPI con herramientas prácticas para la generación y validación de ideas, mientras que el PPI puede ofrecer al DT un marco más amplio y ético, orientado al desarrollo integral de la persona.

A partir de este enfoque complementario, se propone una integración metodológica entre DT y PPI para su aplicación en contextos educativos e innovadores. A través de herramientas prácticas alineadas con cada fase común, esta integración permitiría diseñar experiencias de aprendizaje más completas y procesos de innovación más coherentes. Así, se abre la posibilidad de crear soluciones centradas en las personas, técnica y emocionalmente sólidas, y éticamente fundamentadas.